El pasado martes, el pleno de la Cámara de Diputados discutió un dictamen que busca reformar los artículos 4º y 5º de la Constitución en materia de salud pública. Mientras que la prohibición del fentanilo ilícito es una medida urgente y necesaria, la inclusión de la prohibición de los vapeadores genera preocupación. Esta propuesta no solo ignora la realidad del consumo, sino que puede desencadenar consecuencias negativas para la salud pública y la seguridad.
El grupo parlamentario de Morena ha decidido incluir en un solo dictamen dos temas distintos: la prohibición del fentanilo ilícito y la de los vapeadores. Para el PAN, esta estrategia es un exceso, ya que equiparar el combate a una de las drogas más peligrosas del mundo con la regulación de productos como los vapeadores desvirtúa los esfuerzos de salud pública.
El diputado Éctor Jaime Ramírez Barba, del PAN, lo resumió así:
“Colocar en la misma reforma constitucional una prohibición al fentanilo con una a los vapeadores es a todas luces un exceso y colocarlos a la par es desvirtuar el esfuerzo que se hace por combatir a las drogas más adictivas y peligrosas de las que se tienen noticias frente al uso del fentanilo. Como médico estoy en contra de prohibir y quiero que estos productos estén estrictamente y rigurosamente controlados.”
Por su parte, la diputada Paulina Rubio Fernández, también del PAN, señaló:
“Enunciar en la Constitución Política la prohibición de la producción y distribución del fentanilo no va a solucionar el problema de seguridad ni la corrupción ni asegura que el gobierno mexicano vaya a cumplir con su trabajo. Se requiere una política de prevención de adicciones y de reconstrucción del tejido social. El enemigo en común es el fentanilo.”
Prohibir los vapeadores no resolverá el problema de su uso. Estos productos son parte de una realidad que no se puede ignorar. Al prohibirlos sin ofrecer alternativas responsables, se fomenta el mercado negro y se expone a los consumidores a productos de baja calidad y mayor riesgo.
La regulación es la solución más efectiva para proteger a la población. Esto incluye:
La historia demuestra que las prohibiciones absolutas no eliminan problemas, solo los agravan. La Ley Seca en Estados Unidos fortaleció al crimen organizado y generó más violencia. En lugar de repetir ese error, México debe implementar soluciones basadas en la regulación y la prevención.
Desde el PAN, la postura es clara:
México merece soluciones integrales que aborden las causas de los problemas, no medidas simplistas que los oculten.
Como bien dijo el diputado Ramírez Barba:
“Prohibir a ciegas es proteger mal.”
Prohibir los vapeadores no es proteger a los jóvenes ni mejorar la salud pública, es alimentar el mercado negro y desviar recursos de problemas más graves. México necesita regulación, educación y prevención, no parches que ignoren la realidad.
#ProhibirNoEsProteger
La protección de la salud pública debe basarse en evidencia científica y responsabilidad legislativa. Desde el PAN seguiremos impulsando políticas públicas que realmente marquen una diferencia en la vida de los mexicanos.
El pasado martes, el pleno de la Cámara de Diputados discutió un dictamen que busca reformar los artículos 4º y 5º de la Constitución en materia de salud pública. Mientras que la prohibición del fentanilo ilícito es una medida urgente y necesaria, la inclusión de la prohibición de los vapeadores genera preocupación. Esta propuesta no solo ignora la realidad del consumo, sino que puede desencadenar consecuencias negativas para la salud pública y la seguridad.
El grupo parlamentario de Morena ha decidido incluir en un solo dictamen dos temas distintos: la prohibición del fentanilo ilícito y la de los vapeadores. Para el PAN, esta estrategia es un exceso, ya que equiparar el combate a una de las drogas más peligrosas del mundo con la regulación de productos como los vapeadores desvirtúa los esfuerzos de salud pública.
El diputado Éctor Jaime Ramírez Barba, del PAN, lo resumió así:
“Colocar en la misma reforma constitucional una prohibición al fentanilo con una a los vapeadores es a todas luces un exceso y colocarlos a la par es desvirtuar el esfuerzo que se hace por combatir a las drogas más adictivas y peligrosas de las que se tienen noticias frente al uso del fentanilo. Como médico estoy en contra de prohibir y quiero que estos productos estén estrictamente y rigurosamente controlados.”
Por su parte, la diputada Paulina Rubio Fernández, también del PAN, señaló:
“Enunciar en la Constitución Política la prohibición de la producción y distribución del fentanilo no va a solucionar el problema de seguridad ni la corrupción ni asegura que el gobierno mexicano vaya a cumplir con su trabajo. Se requiere una política de prevención de adicciones y de reconstrucción del tejido social. El enemigo en común es el fentanilo.”
Prohibir los vapeadores no resolverá el problema de su uso. Estos productos son parte de una realidad que no se puede ignorar. Al prohibirlos sin ofrecer alternativas responsables, se fomenta el mercado negro y se expone a los consumidores a productos de baja calidad y mayor riesgo.
La regulación es la solución más efectiva para proteger a la población. Esto incluye:
La historia demuestra que las prohibiciones absolutas no eliminan problemas, solo los agravan. La Ley Seca en Estados Unidos fortaleció al crimen organizado y generó más violencia. En lugar de repetir ese error, México debe implementar soluciones basadas en la regulación y la prevención.
Desde el PAN, la postura es clara:
México merece soluciones integrales que aborden las causas de los problemas, no medidas simplistas que los oculten.
Como bien dijo el diputado Ramírez Barba:
“Prohibir a ciegas es proteger mal.”
Prohibir los vapeadores no es proteger a los jóvenes ni mejorar la salud pública, es alimentar el mercado negro y desviar recursos de problemas más graves. México necesita regulación, educación y prevención, no parches que ignoren la realidad.
#ProhibirNoEsProteger
La protección de la salud pública debe basarse en evidencia científica y responsabilidad legislativa. Desde el PAN seguiremos impulsando políticas públicas que realmente marquen una diferencia en la vida de los mexicanos.