A lo largo de mi trayectoria como legislador, me he propuesto no quedarme en la superficie de los problemas que enfrenta México. No vine al Congreso para repetir discursos, sino para presentar soluciones. Por eso, he trabajado en iniciativas que, aunque no siempre ocupan titulares, buscan transformar realidades profundamente dolorosas.
Aquí te comparto seis propuestas que impulsé desde la Cámara de Diputados y que tal vez no conocías, pero que nacen de una convicción muy clara: legislar con el corazón y con compromiso.
En pleno siglo XXI, niñas en México siguen siendo obligadas a casarse, muchas veces bajo el amparo de los llamados "usos y costumbres". Esta práctica, lejos de ser cultural, es una violación directa a los derechos humanos. Por eso, propuse una reforma a la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes que prohíbe de forma contundente estas uniones y obliga a las instituciones a actuar con perspectiva de género y atención especial a contextos de pobreza y marginación. No se trata sólo de leyes, se trata de vidas. De niñas que merecen soñar, estudiar, jugar… no ser vendidas ni explotadas.
He tenido la oportunidad de escuchar a madres que, con una pala en la mano y el corazón roto, buscan a sus hijos desaparecidos. Lo hacen sin apoyo del gobierno, sin seguridad, sin descanso. Lo hacen porque no tienen otra opción. Por ellas presenté la iniciativa para declarar 2026 como “Año de las Madres Buscadoras”, no como un gesto simbólico, sino como un llamado a dignificar su lucha, exigir resultados y generar políticas reales de búsqueda. No puede ser que en este país, una madre tenga que buscar con sus uñas lo que el Estado debería encontrar con todos sus recursos.
Muchos niños y adolescentes en situación de abandono o violencia terminan en centros de asistencia social. Pero ¿qué pasa con su salud emocional? ¿Con sus heridas invisibles? Reformé la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes para que la atención médica incluya, de manera obligatoria, servicios de salud mental. La infancia no puede seguir siendo ignorada. Invertir en el bienestar psicológico de nuestros niños y niñas es prevenir futuras tragedias y construir una sociedad más empática, más fuerte y más justa.
Mientras el país debate sobre estrategias de seguridad, hay un crimen silencioso que nos está destrozando como sociedad: el reclutamiento forzado de menores por parte del crimen organizado. Reformé el Código Penal Federal para incluir esta práctica como una forma de corrupción de menores. No podemos seguir viendo cómo niños y adolescentes son utilizados como soldados, halcones o sicarios, mientras el Estado mira hacia otro lado. Debemos protegerlos no sólo como víctimas, sino como lo que son: nuestra esperanza.
Puede parecer un detalle técnico, pero créeme, tiene implicaciones enormes para quienes interactúan con el sistema fiscal y administrativo del país. Desde que el cambio de poder presidencial se movió al 1º de octubre, era urgente ajustar también el calendario de días inhábiles en materia fiscal y administrativa. Con esta iniciativa se elimina la confusión y se otorga seguridad jurídica a miles de contribuyentes, abogados, empresas y dependencias. Hacer leyes también es cuidar los detalles que dan certeza.
Las pequeñas y medianas empresas están luchando por sobrevivir ante una crisis económica global y las nuevas barreras comerciales impuestas por Estados Unidos. Para muchas de ellas, los aranceles son una sentencia de muerte. Propuse una reforma a la Ley del Impuesto sobre la Renta para otorgar un estímulo fiscal del 30% a las empresas afectadas por estos aranceles. ¿La intención? Darles un respiro, evitar despidos y fomentar la reactivación económica. Apoyar al sector productivo no es un lujo, es una necesidad nacional.
Estas seis iniciativas son solo una parte del trabajo que estamos impulsando desde el Congreso. Son propuestas que no se quedan en el papel: buscan incidir en la vida cotidiana, en los dolores que muchas veces no se ven, pero se sienten profundamente en miles de hogares mexicanos.
Sé que cambiar la realidad no es sencillo, pero también sé que vale la pena intentarlo. Porque legislar no debe ser un ejercicio de escritorio, sino una herramienta para servir. Para proteger. Para abrir caminos donde antes solo había muros.
Si algo de lo que acabas de leer te hizo reflexionar, te invito a compartirlo. A hablar de estos temas. A exigir que se discutan. A acompañar estas causas.
Porque construir un mejor país no es tarea de uno solo, es un esfuerzo colectivo.
Sigamos adelante. Lo que viene puede ser mejor, si lo hacemos juntos.
A lo largo de mi trayectoria como legislador, me he propuesto no quedarme en la superficie de los problemas que enfrenta México. No vine al Congreso para repetir discursos, sino para presentar soluciones. Por eso, he trabajado en iniciativas que, aunque no siempre ocupan titulares, buscan transformar realidades profundamente dolorosas.
Aquí te comparto seis propuestas que impulsé desde la Cámara de Diputados y que tal vez no conocías, pero que nacen de una convicción muy clara: legislar con el corazón y con compromiso.
En pleno siglo XXI, niñas en México siguen siendo obligadas a casarse, muchas veces bajo el amparo de los llamados "usos y costumbres". Esta práctica, lejos de ser cultural, es una violación directa a los derechos humanos. Por eso, propuse una reforma a la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes que prohíbe de forma contundente estas uniones y obliga a las instituciones a actuar con perspectiva de género y atención especial a contextos de pobreza y marginación. No se trata sólo de leyes, se trata de vidas. De niñas que merecen soñar, estudiar, jugar… no ser vendidas ni explotadas.
He tenido la oportunidad de escuchar a madres que, con una pala en la mano y el corazón roto, buscan a sus hijos desaparecidos. Lo hacen sin apoyo del gobierno, sin seguridad, sin descanso. Lo hacen porque no tienen otra opción. Por ellas presenté la iniciativa para declarar 2026 como “Año de las Madres Buscadoras”, no como un gesto simbólico, sino como un llamado a dignificar su lucha, exigir resultados y generar políticas reales de búsqueda. No puede ser que en este país, una madre tenga que buscar con sus uñas lo que el Estado debería encontrar con todos sus recursos.
Muchos niños y adolescentes en situación de abandono o violencia terminan en centros de asistencia social. Pero ¿qué pasa con su salud emocional? ¿Con sus heridas invisibles? Reformé la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes para que la atención médica incluya, de manera obligatoria, servicios de salud mental. La infancia no puede seguir siendo ignorada. Invertir en el bienestar psicológico de nuestros niños y niñas es prevenir futuras tragedias y construir una sociedad más empática, más fuerte y más justa.
Mientras el país debate sobre estrategias de seguridad, hay un crimen silencioso que nos está destrozando como sociedad: el reclutamiento forzado de menores por parte del crimen organizado. Reformé el Código Penal Federal para incluir esta práctica como una forma de corrupción de menores. No podemos seguir viendo cómo niños y adolescentes son utilizados como soldados, halcones o sicarios, mientras el Estado mira hacia otro lado. Debemos protegerlos no sólo como víctimas, sino como lo que son: nuestra esperanza.
Puede parecer un detalle técnico, pero créeme, tiene implicaciones enormes para quienes interactúan con el sistema fiscal y administrativo del país. Desde que el cambio de poder presidencial se movió al 1º de octubre, era urgente ajustar también el calendario de días inhábiles en materia fiscal y administrativa. Con esta iniciativa se elimina la confusión y se otorga seguridad jurídica a miles de contribuyentes, abogados, empresas y dependencias. Hacer leyes también es cuidar los detalles que dan certeza.
Las pequeñas y medianas empresas están luchando por sobrevivir ante una crisis económica global y las nuevas barreras comerciales impuestas por Estados Unidos. Para muchas de ellas, los aranceles son una sentencia de muerte. Propuse una reforma a la Ley del Impuesto sobre la Renta para otorgar un estímulo fiscal del 30% a las empresas afectadas por estos aranceles. ¿La intención? Darles un respiro, evitar despidos y fomentar la reactivación económica. Apoyar al sector productivo no es un lujo, es una necesidad nacional.
Estas seis iniciativas son solo una parte del trabajo que estamos impulsando desde el Congreso. Son propuestas que no se quedan en el papel: buscan incidir en la vida cotidiana, en los dolores que muchas veces no se ven, pero se sienten profundamente en miles de hogares mexicanos.
Sé que cambiar la realidad no es sencillo, pero también sé que vale la pena intentarlo. Porque legislar no debe ser un ejercicio de escritorio, sino una herramienta para servir. Para proteger. Para abrir caminos donde antes solo había muros.
Si algo de lo que acabas de leer te hizo reflexionar, te invito a compartirlo. A hablar de estos temas. A exigir que se discutan. A acompañar estas causas.
Porque construir un mejor país no es tarea de uno solo, es un esfuerzo colectivo.
Sigamos adelante. Lo que viene puede ser mejor, si lo hacemos juntos.