En un esfuerzo por fortalecer la democracia mexicana y asegurar una representación genuina de la voluntad ciudadana, las y los diputados del Partido Acción Nacional (PAN) hemos presentado una iniciativa para reformar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Esta propuesta busca implementar la segunda vuelta presidencial en las elecciones federales, un mecanismo que permitirá elecciones más justas y una mayor legitimidad en la elección del próximo presidente o presidenta de México.
Con la propuesta de Acción Nacional, se desarrollará una democracia sólida, priorizando elecciones que reflejen fielmente la voluntad de todas y todos los mexicanos. El compromiso del partido es trabajar para que cada voto cuente, sin verse condicionado por estrategias de "voto útil" o cálculos estratégicos. La segunda vuelta permitiría que, en caso de que ningún candidato obtenga el 50% más uno de los votos en la primera ronda, se realice una segunda vuelta entre los dos más votados.
La propuesta del PAN pretende que cada ciudadano pueda expresar sus convicciones sin temor a desperdiciar su voto o dejarse influenciar por encuestas que muchas veces no representan la realidad completa. La segunda vuelta garantiza que el electorado tenga una decisión clara y que cada voto exprese verdaderamente el respaldo a una propuesta, eliminando el miedo al "mal menor".
Una de las principales razones para impulsar la segunda vuelta presidencial es asegurar que quien asuma la presidencia tenga el respaldo mayoritario del electorado, lo que fortalecerá la estabilidad y la confianza en el gobierno. Este apoyo claro evitaría fracturas sociales y promovería un liderazgo que refleje mejor la voluntad del pueblo mexicano. Para Acción Nacional, un mandato con una mayoría sólida no solo es más legítimo, sino también más efectivo en responder a las necesidades de la ciudadanía.
La segunda vuelta también abriría la puerta a una mayor diversidad de opciones políticas. Hoy en día, muchos electores se ven obligados a votar "estratégicamente" para evitar que gane un candidato con el que no están de acuerdo. Con esta reforma, el PAN busca que cada voto sea una expresión libre y sincera de apoyo a una opción política, en lugar de un cálculo para evitar un resultado no deseado.
El sistema de segunda vuelta ha sido implementado con éxito en varios países, permitiendo elecciones presidenciales más representativas y gobiernos con un respaldo claro de la mayoría.
Francia, por ejemplo, utiliza la segunda vuelta en sus elecciones presidenciales, asegurando que el candidato electo cuente con el respaldo mayoritario del electorado. Este modelo ha consolidado una democracia estable y ha minimizado la fragmentación política, ya que los candidatos deben ampliar su base de apoyo para ganar en la segunda vuelta, lo que a menudo resulta en consensos más amplios y gobernabilidades más fuertes.
En Chile, la segunda vuelta presidencial también ha demostrado ser un mecanismo eficaz para fortalecer la legitimidad del ganador, evitando la polarización y fomentando la participación ciudadana. En las elecciones chilenas, la segunda vuelta ha permitido que el presidente o presidenta electa cuente con un apoyo mayoritario, lo cual es fundamental en un contexto donde es necesario un liderazgo estable para implementar cambios sociales y económicos de largo plazo.
Colombia es otro ejemplo de éxito en el uso de la segunda vuelta. Al establecer este mecanismo, Colombia ha promovido la estabilidad y legitimidad en sus elecciones presidenciales, garantizando que el electorado pueda tomar una decisión más clara sin presiones o la necesidad de "votar estratégicamente". Este sistema ha contribuido a reducir la fragmentación política, permitiendo que el candidato ganador cuente con el apoyo de una mayoría más amplia y consolidando una democracia más participativa y representativa.
En Acción Nacional defendemos que México merece una democracia de calidad, en la que la voz de cada ciudadana y ciudadano sea escuchada y respetada. La segunda vuelta electoral representa un sistema más democrático, transparente y con una legitimidad incuestionable. Con esta reforma, damos un paso hacia un México con una democracia más robusta y representativa, una democracia donde cada voto tenga el peso que realmente merece.