La comparecencia de la titular de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), Rosa Icela Rodríguez, ante la Cámara de Diputados dejó en claro lo que millones de mexicanos ya saben: el gobierno de Morena ha renunciado a gobernar con diálogo y soluciones, para convertirse en un simple aparato de propaganda presidencial.
En lugar de mediar consensos y garantizar la paz, la SEGOB llega a este ejercicio de rendición de cuentas con un país más polarizado, con más violencia, más desapariciones y menos democracia.
Mientras el gobierno presume “unidad”, la realidad es otra: más de 8 mil nuevas desapariciones en un solo año, 940 feminicidios registrados y 26 de las 50 ciudades más violentas del mundo dentro de nuestro territorio. Cifras que exhiben un fracaso absoluto en seguridad y gobernabilidad.
En vez de actuar, la SEGOB maquilla estadísticas y repite discursos, mientras la gente vive bajo miedo, desplazamiento y violencia cotidiana.
México ocupa el lugar 140 de 180 países en percepción de corrupción según Transparencia Internacional. Pero lejos de ser un árbitro contra la impunidad, la Secretaría de Gobernación ha sido cómplice del deterioro institucional.
Desde el huachicol fiscal hasta los presuntos nexos de funcionarios de Morena con el crimen organizado, la opacidad es la norma. Incluso hoy persisten señalamientos de enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias que involucran a personajes cercanos a la familia del expresidente López Obrador.
La crisis humanitaria es innegable: más de 110 mil personas desaparecidas, miles de quejas contra la Guardia Nacional y un país que sigue siendo el más peligroso de América Latina para ejercer el periodismo.
Las víctimas no encuentran acompañamiento en la SEGOB. Las madres buscadoras recorren desiertos y carreteras con palas, mientras la Secretaría les da la espalda. Periodistas y activistas sufren ataques y asesinatos, con un Mecanismo de Protección que ha demostrado ser ineficaz.
México pasó de defender a sus connacionales a convertirse en muro de contención de Estados Unidos. La política migratoria de Morena se ha enfocado más en la criminalización que en la protección de los derechos humanos de las personas en tránsito.
Mientras el gobierno se encierra en discursos vacíos, desde Acción Nacional se plantean propuestas claras y directas para mejorar la vida de las familias mexicanas:
Hoy queda claro que Morena convirtió a la SEGOB en un muro contra los estados de oposición y en una simple vocera del Presidente. Lo que el país necesita no es propaganda ni confrontación, sino consensos, paz y justicia.
En Acción Nacional se reafirma el compromiso: defender la democracia, la libertad, a las víctimas, a los periodistas, a las mujeres y a cada mexicano que exige vivir en paz.
La comparecencia de la titular de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), Rosa Icela Rodríguez, ante la Cámara de Diputados dejó en claro lo que millones de mexicanos ya saben: el gobierno de Morena ha renunciado a gobernar con diálogo y soluciones, para convertirse en un simple aparato de propaganda presidencial.
En lugar de mediar consensos y garantizar la paz, la SEGOB llega a este ejercicio de rendición de cuentas con un país más polarizado, con más violencia, más desapariciones y menos democracia.
Mientras el gobierno presume “unidad”, la realidad es otra: más de 8 mil nuevas desapariciones en un solo año, 940 feminicidios registrados y 26 de las 50 ciudades más violentas del mundo dentro de nuestro territorio. Cifras que exhiben un fracaso absoluto en seguridad y gobernabilidad.
En vez de actuar, la SEGOB maquilla estadísticas y repite discursos, mientras la gente vive bajo miedo, desplazamiento y violencia cotidiana.
México ocupa el lugar 140 de 180 países en percepción de corrupción según Transparencia Internacional. Pero lejos de ser un árbitro contra la impunidad, la Secretaría de Gobernación ha sido cómplice del deterioro institucional.
Desde el huachicol fiscal hasta los presuntos nexos de funcionarios de Morena con el crimen organizado, la opacidad es la norma. Incluso hoy persisten señalamientos de enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias que involucran a personajes cercanos a la familia del expresidente López Obrador.
La crisis humanitaria es innegable: más de 110 mil personas desaparecidas, miles de quejas contra la Guardia Nacional y un país que sigue siendo el más peligroso de América Latina para ejercer el periodismo.
Las víctimas no encuentran acompañamiento en la SEGOB. Las madres buscadoras recorren desiertos y carreteras con palas, mientras la Secretaría les da la espalda. Periodistas y activistas sufren ataques y asesinatos, con un Mecanismo de Protección que ha demostrado ser ineficaz.
México pasó de defender a sus connacionales a convertirse en muro de contención de Estados Unidos. La política migratoria de Morena se ha enfocado más en la criminalización que en la protección de los derechos humanos de las personas en tránsito.
Mientras el gobierno se encierra en discursos vacíos, desde Acción Nacional se plantean propuestas claras y directas para mejorar la vida de las familias mexicanas:
Hoy queda claro que Morena convirtió a la SEGOB en un muro contra los estados de oposición y en una simple vocera del Presidente. Lo que el país necesita no es propaganda ni confrontación, sino consensos, paz y justicia.
En Acción Nacional se reafirma el compromiso: defender la democracia, la libertad, a las víctimas, a los periodistas, a las mujeres y a cada mexicano que exige vivir en paz.