El pan francés lagunero es mucho más que un alimento en la Comarca Lagunera; es una auténtica tradición que, según los panaderos locales, no se encuentra en ninguna otra parte de México. Para los laguneros, es un sabor tan arraigado que, aunque viajen a otros estados, siempre lo extrañan. No importa si se trata de unas vacaciones o una mudanza, el pan francés lagunero siempre ocupará un lugar especial en el corazón y el paladar de quien lo ha probado.
A simple vista, los turistas suelen confundir este pan con el bolillo, pero rápidamente descubren que hay una diferencia notable. El pan francés lagunero es de mayor tamaño, con una textura suave por dentro y una corteza dorada y crujiente por fuera que le otorga ese sabor inigualable. No es simplemente pan, es una delicia que representa la esencia de la región.
Pero, ¿de dónde proviene esta joya culinaria? Según el historiador Carlos Castañón, el origen del pan francés lagunero se remonta a 1703, cuando frailes franciscanos en Europa intentaron recrear las formas de los caracoles marinos en un pan. Ese experimento dio lugar a lo que llamaron “mouffle”, un pan suave con corteza fina y dorada. Al llegar a México, perdió su nombre original y comenzó a conocerse como “pan francés”, por la influencia francesa y el uso de masa madre, similar a la de los baguettes.
Años después, en plena Revolución Mexicana, un hombre llamado Don Macario Fuentes Cantú, originario de Nuevo León, llegó a San Pedro de las Colonias y fundó la panadería “La Popular”. Con una receta única, Don Macario fue quien comenzó a elaborar el famoso pan francés lagunero que conocemos hoy en día.
Aunque el pan francés lagunero es apreciado en la región, es importante aclarar que el pan reconocido por la UNESCO como Patrimonio Intangible de la Humanidad es la baguette de origen francés, y no propiamente la versión lagunera. A pesar de esta distinción, el pan francés lagunero sigue siendo una tradición muy querida, que ha sido parte fundamental de la vida en la Comarca por más de 100 años.
La receta del pan lagunero, aunque no oficialmente reconocida, se transmite de forma oral y mediante la práctica directa con maestros panaderos, manteniéndose prácticamente inalterada durante generaciones.
Si eres visitante o residente de la Comarca Lagunera, el pan francés lagunero es el acompañamiento ideal para todo tipo de platillos. A continuación, te presentamos tres formas tradicionales de disfrutarlo en la región:
El pan francés lagunero no solo es un símbolo de la Comarca Lagunera, sino también un elemento esencial de su cocina, adaptándose a distintos platillos y momentos del día. ¡Una tradición que definitivamente debes probar si visitas la región!