Este miércoles 23 de abril, la Cámara de Diputados discute un tema crucial para la seguridad nacional: la reforma a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. El dictamen busca fortalecer el registro, control y sanción en torno a la posesión, portación, comercialización y fabricación de armas y explosivos. Aunque el Partido Acción Nacional (PAN) acompañará la propuesta, ha dejado clara su posición: sin control fronterizo ni una estrategia integral, esta reforma será insuficiente.
En México, más del 70% de las armas utilizadas en delitos provienen del extranjero, principalmente de Estados Unidos. Endurecer el marco legal interno es necesario, sí, pero ignorar la porosidad de nuestras fronteras es seguir permitiendo la entrada libre de armas ilegales.
Desde el PAN se ha señalado que no basta con modificar la legislación si no se acompaña de inteligencia, cooperación internacional y control aduanero eficaz. ¿De qué sirve un registro interno si las armas siguen entrando como si nada?
Un punto alarmante de la reforma es la concentración del poder en la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), sin contrapesos claros. La participación de instituciones civiles y la rendición de cuentas son esenciales para evitar excesos o arbitrariedades. El equilibrio democrático está en juego.
El PAN ha dejado claro que no permitirá que esta ley se convierta en una herramienta de discriminación, exclusión o discrecionalidad, especialmente en comunidades ejidales o indígenas, donde los abusos podrían profundizarse si no hay transparencia.
México necesita una respuesta firme ante el caos provocado por el tráfico de armas. Desde el PAN se votará a favor del dictamen, pero no se dejará de exigir que la seguridad sea un compromiso real, no un discurso vacío.
La verdadera paz no se logra con decretos o reformas de papel, sino enfrentando de raíz los problemas: quienes usan armas ilegalmente y quienes, desde el poder, permiten que sigan entrando impunemente al país.
Este miércoles 23 de abril, la Cámara de Diputados discute un tema crucial para la seguridad nacional: la reforma a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. El dictamen busca fortalecer el registro, control y sanción en torno a la posesión, portación, comercialización y fabricación de armas y explosivos. Aunque el Partido Acción Nacional (PAN) acompañará la propuesta, ha dejado clara su posición: sin control fronterizo ni una estrategia integral, esta reforma será insuficiente.
En México, más del 70% de las armas utilizadas en delitos provienen del extranjero, principalmente de Estados Unidos. Endurecer el marco legal interno es necesario, sí, pero ignorar la porosidad de nuestras fronteras es seguir permitiendo la entrada libre de armas ilegales.
Desde el PAN se ha señalado que no basta con modificar la legislación si no se acompaña de inteligencia, cooperación internacional y control aduanero eficaz. ¿De qué sirve un registro interno si las armas siguen entrando como si nada?
Un punto alarmante de la reforma es la concentración del poder en la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), sin contrapesos claros. La participación de instituciones civiles y la rendición de cuentas son esenciales para evitar excesos o arbitrariedades. El equilibrio democrático está en juego.
El PAN ha dejado claro que no permitirá que esta ley se convierta en una herramienta de discriminación, exclusión o discrecionalidad, especialmente en comunidades ejidales o indígenas, donde los abusos podrían profundizarse si no hay transparencia.
México necesita una respuesta firme ante el caos provocado por el tráfico de armas. Desde el PAN se votará a favor del dictamen, pero no se dejará de exigir que la seguridad sea un compromiso real, no un discurso vacío.
La verdadera paz no se logra con decretos o reformas de papel, sino enfrentando de raíz los problemas: quienes usan armas ilegalmente y quienes, desde el poder, permiten que sigan entrando impunemente al país.