México ha obtenido una calificación de 26/100 en el Índice de Percepción de la Corrupción 2024 de Transparencia Internacional, posicionándose en el número 140 de 180 países en el mundo, siendo esta calificación la peor en la historia de nuestro país y dejando a México más abajo respecto al inicio del sexenio de López Obrador, cuando el puntaje era de 28/100. Este resultado demuestra que, lejos de erradicar la corrupción como prometió, el gobierno de AMLO ha permitido que el problema se agrave.
El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) es una medición anual realizada por Transparencia Internacional que califica a los países en una escala de 0 a 100, donde 0 indica niveles extremos de corrupción y 100 representa un país libre de corrupción. Se basa en encuestas y análisis de expertos de distintas instituciones, incluyendo organismos internacionales y centros de investigación especializados.
El IPC recopila datos de múltiples fuentes, como el Banco Mundial, el Foro Económico Mundial y el Banco Africano de Desarrollo. Evalúa la corrupción en el sector público, la impunidad, la transparencia en el gasto gubernamental y la eficacia de las instituciones anticorrupción. Se utilizan encuestas aplicadas a empresarios, analistas y expertos en políticas públicas para garantizar objetividad.
Desde su llegada al poder, López Obrador se comprometió a erradicar la corrupción, pero los hechos contradicen su discurso. Casos como el escándalo de SEGALMEX, la falta de transparencia en contratos públicos y el uso discrecional del presupuesto en megaproyectos como el Tren Maya y Dos Bocas evidencian un gobierno que, lejos de combatir la corrupción, la ha institucionalizado.
El descenso de México en el IPC de 28/100 en 2018 a 26/100 en 2024 confirma el fracaso de sus políticas. La impunidad sigue siendo la norma y las instituciones encargadas de combatir la corrupción han sido debilitadas. La desaparición de organismos de transparencia y el control absoluto sobre la Fiscalía General de la República han dejado al país sin mecanismos efectivos de rendición de cuentas.
La corrupción no solo daña la confianza ciudadana en el gobierno, sino que afecta directamente la economía del país. La falta de transparencia desincentiva la inversión extranjera, debilita el Estado de derecho y profundiza la desigualdad social. En lugar de fortalecer las instituciones, la administración de AMLO ha optado por la centralización del poder y la opacidad en la gestión pública.
El Índice de Percepción de la Corrupción 2024 es una prueba irrefutable de que el gobierno de López Obrador ha fracasado en su lucha contra la corrupción. Con un puntaje que sigue cayendo y una crisis de impunidad que se agrava, México se encuentra lejos de la transformación prometida. La corrupción sigue siendo un lastre para el desarrollo del país, y este gobierno ha demostrado ser parte del problema en lugar de la solución.
México ha obtenido una calificación de 26/100 en el Índice de Percepción de la Corrupción 2024 de Transparencia Internacional, posicionándose en el número 140 de 180 países en el mundo, siendo esta calificación la peor en la historia de nuestro país y dejando a México más abajo respecto al inicio del sexenio de López Obrador, cuando el puntaje era de 28/100. Este resultado demuestra que, lejos de erradicar la corrupción como prometió, el gobierno de AMLO ha permitido que el problema se agrave.
El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) es una medición anual realizada por Transparencia Internacional que califica a los países en una escala de 0 a 100, donde 0 indica niveles extremos de corrupción y 100 representa un país libre de corrupción. Se basa en encuestas y análisis de expertos de distintas instituciones, incluyendo organismos internacionales y centros de investigación especializados.
El IPC recopila datos de múltiples fuentes, como el Banco Mundial, el Foro Económico Mundial y el Banco Africano de Desarrollo. Evalúa la corrupción en el sector público, la impunidad, la transparencia en el gasto gubernamental y la eficacia de las instituciones anticorrupción. Se utilizan encuestas aplicadas a empresarios, analistas y expertos en políticas públicas para garantizar objetividad.
Desde su llegada al poder, López Obrador se comprometió a erradicar la corrupción, pero los hechos contradicen su discurso. Casos como el escándalo de SEGALMEX, la falta de transparencia en contratos públicos y el uso discrecional del presupuesto en megaproyectos como el Tren Maya y Dos Bocas evidencian un gobierno que, lejos de combatir la corrupción, la ha institucionalizado.
El descenso de México en el IPC de 28/100 en 2018 a 26/100 en 2024 confirma el fracaso de sus políticas. La impunidad sigue siendo la norma y las instituciones encargadas de combatir la corrupción han sido debilitadas. La desaparición de organismos de transparencia y el control absoluto sobre la Fiscalía General de la República han dejado al país sin mecanismos efectivos de rendición de cuentas.
La corrupción no solo daña la confianza ciudadana en el gobierno, sino que afecta directamente la economía del país. La falta de transparencia desincentiva la inversión extranjera, debilita el Estado de derecho y profundiza la desigualdad social. En lugar de fortalecer las instituciones, la administración de AMLO ha optado por la centralización del poder y la opacidad en la gestión pública.
El Índice de Percepción de la Corrupción 2024 es una prueba irrefutable de que el gobierno de López Obrador ha fracasado en su lucha contra la corrupción. Con un puntaje que sigue cayendo y una crisis de impunidad que se agrava, México se encuentra lejos de la transformación prometida. La corrupción sigue siendo un lastre para el desarrollo del país, y este gobierno ha demostrado ser parte del problema en lugar de la solución.