La presencia del gusano barrenador en la región representa un riesgo sanitario y económico para la ganadería mexicana. Las exportaciones podrían verse afectadas si no se logra una respuesta coordinada entre México y Estados Unidos.
El gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax) es una plaga que afecta a los mamíferos al depositar sus larvas en heridas, alimentándose del tejido vivo. Aunque había sido erradicado del país desde hace más de 30 años, su reaparición en países de Centroamérica, como Costa Rica y Nicaragua, ha encendido alertas en México debido a su cercanía con la frontera sur.
El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) alertó recientemente sobre posibles restricciones a la importación de ganado mexicano a partir de mayo si no se agilizan las acciones para combatir la plaga. En particular, se han señalado dificultades operativas para la empresa Dynamic Aviation, contratada para realizar vuelos de dispersión aérea de moscas estériles, un método eficaz para controlar la población del gusano barrenador.
Entre los desafíos reportados se encuentran permisos de vuelo limitados, restricciones operativas semanales y la aplicación de impuestos a insumos críticos, como piezas de aviones y envíos de insectos estériles. El USDA ha solicitado mayor coordinación y facilidades por parte de las autoridades mexicanas para asegurar la continuidad de estas acciones.
Desde enero de 2024, el diputado federal José Guillermo Anaya Llamas, del Partido Acción Nacional, propuso una proposición con punto de acuerdo para exhortar al Ejecutivo federal a coordinarse con las instituciones involucradas en la prevención, diagnóstico y control del gusano barrenador del ganado.
En su iniciativa, Anaya destacó la importancia de colaborar con los gobiernos estatales, asociaciones ganaderas y expertos veterinarios, así como establecer mecanismos bilaterales con Estados Unidos para facilitar el combate conjunto de la plaga. La propuesta subraya que esta coordinación es esencial para evitar afectaciones al sector pecuario y a las exportaciones.
El legislador también hizo énfasis en el fortalecimiento de las acciones del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), y la necesidad de apoyo técnico, logístico y administrativo por parte de todos los niveles de gobierno y actores productivos.
Además del planteamiento de Anaya, otros actores políticos, como el diputado Jericó Abramo del PRI, han propuesto la instalación de mesas de trabajo entre diversas dependencias federales y autoridades estadounidenses. El objetivo común es agilizar trámites de aviación y aduanas, y garantizar que los métodos de control como la liberación de moscas estériles no se vean interrumpidos.
Por su parte, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) ha informado que ya respondió a la carta enviada por su homóloga estadounidense, reafirmando la disposición al diálogo y la cooperación bilateral.
La situación actual del gusano barrenador plantea una oportunidad para fortalecer la cooperación internacional y mejorar los mecanismos nacionales de sanidad agropecuaria. Legisladores como Guillermo Anaya han puesto sobre la mesa propuestas concretas para mitigar el riesgo y proteger la economía ganadera del país. La atención conjunta de las autoridades involucradas será clave para evitar afectaciones mayores en el corto y mediano plazo.
La presencia del gusano barrenador en la región representa un riesgo sanitario y económico para la ganadería mexicana. Las exportaciones podrían verse afectadas si no se logra una respuesta coordinada entre México y Estados Unidos.
El gusano barrenador del ganado (Cochliomyia hominivorax) es una plaga que afecta a los mamíferos al depositar sus larvas en heridas, alimentándose del tejido vivo. Aunque había sido erradicado del país desde hace más de 30 años, su reaparición en países de Centroamérica, como Costa Rica y Nicaragua, ha encendido alertas en México debido a su cercanía con la frontera sur.
El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) alertó recientemente sobre posibles restricciones a la importación de ganado mexicano a partir de mayo si no se agilizan las acciones para combatir la plaga. En particular, se han señalado dificultades operativas para la empresa Dynamic Aviation, contratada para realizar vuelos de dispersión aérea de moscas estériles, un método eficaz para controlar la población del gusano barrenador.
Entre los desafíos reportados se encuentran permisos de vuelo limitados, restricciones operativas semanales y la aplicación de impuestos a insumos críticos, como piezas de aviones y envíos de insectos estériles. El USDA ha solicitado mayor coordinación y facilidades por parte de las autoridades mexicanas para asegurar la continuidad de estas acciones.
Desde enero de 2024, el diputado federal José Guillermo Anaya Llamas, del Partido Acción Nacional, propuso una proposición con punto de acuerdo para exhortar al Ejecutivo federal a coordinarse con las instituciones involucradas en la prevención, diagnóstico y control del gusano barrenador del ganado.
En su iniciativa, Anaya destacó la importancia de colaborar con los gobiernos estatales, asociaciones ganaderas y expertos veterinarios, así como establecer mecanismos bilaterales con Estados Unidos para facilitar el combate conjunto de la plaga. La propuesta subraya que esta coordinación es esencial para evitar afectaciones al sector pecuario y a las exportaciones.
El legislador también hizo énfasis en el fortalecimiento de las acciones del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), y la necesidad de apoyo técnico, logístico y administrativo por parte de todos los niveles de gobierno y actores productivos.
Además del planteamiento de Anaya, otros actores políticos, como el diputado Jericó Abramo del PRI, han propuesto la instalación de mesas de trabajo entre diversas dependencias federales y autoridades estadounidenses. El objetivo común es agilizar trámites de aviación y aduanas, y garantizar que los métodos de control como la liberación de moscas estériles no se vean interrumpidos.
Por su parte, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) ha informado que ya respondió a la carta enviada por su homóloga estadounidense, reafirmando la disposición al diálogo y la cooperación bilateral.
La situación actual del gusano barrenador plantea una oportunidad para fortalecer la cooperación internacional y mejorar los mecanismos nacionales de sanidad agropecuaria. Legisladores como Guillermo Anaya han puesto sobre la mesa propuestas concretas para mitigar el riesgo y proteger la economía ganadera del país. La atención conjunta de las autoridades involucradas será clave para evitar afectaciones mayores en el corto y mediano plazo.