El cierre temporal de la frontera para la exportación de ganado en pie hacia Estados Unidos está dejando fuertes estragos económicos en el campo coahuilense. Según informó Jesús María Montemayor, secretario de Desarrollo Rural del estado, los ganaderos están perdiendo hasta 6 mil pesos por becerro debido a la imposibilidad de exportar a su principal mercado.
La medida forma parte del programa federal de contención del gusano barrenador del ganado, una plaga detectada principalmente en el sureste de México. Aunque Coahuila se mantiene libre de la enfermedad, las restricciones impuestas afectan a todo el país, deteniendo temporalmente las exportaciones hacia Estados Unidos.
Montemayor subrayó que no hay becerros varados, pero el impacto económico es real y creciente. “El precio de exportación ronda los 125 a 130 pesos por kilo, mientras que en el mercado nacional baja a 80 o 82 pesos. Eso representa una diferencia de hasta 6 mil pesos por animal de 200 kilos”, explicó.
Con base en la media histórica de mil becerros exportados por semana, las pérdidas para los productores coahuilenses superan fácilmente los 6 millones de pesos semanales. Esta situación golpea directamente al sector ganadero, que ya enfrenta otros retos como la sequía y el encarecimiento de insumos.
“La presidenta Sheinbaum ha dicho que esto se puede recuperar, pero quien ya vendió su ganado en el mercado nacional a menor precio, ya no podrá recuperar esa ganancia”, puntualizó el funcionario estatal.
Ante esta situación, el gobierno de Coahuila intensificará las medidas de prevención para conservar el estatus sanitario del estado. El gobernador autorizó aumentar en 50% las plazas para inspectores sanitarios, quienes ya están siendo capacitados. Además, se llevará información y asesoría técnica a los ejidos más alejados, donde muchos productores aún desconocen los síntomas de la enfermedad y las acciones preventivas.
Una misión veterinaria de Estados Unidos, compuesta por alrededor de 30 expertos, visitará México en los próximos días para evaluar las acciones implementadas. De los resultados dependerá si se reanuda la exportación.
Ganaderos y autoridades locales coinciden en que el gobierno federal debe actuar con mayor precisión y rapidez. Coahuila no forma parte de la zona afectada por el gusano barrenador, por lo que los productores consideran injusto el cierre generalizado de la frontera.
Mientras tanto, las pérdidas se siguen acumulando y la incertidumbre crece. En una región donde la exportación de ganado representa una fuente clave de ingresos, la decisión federal pone en riesgo no solo el bolsillo de los ganaderos, sino la estabilidad económica de cientos de comunidades rurales.
El cierre temporal de la frontera para la exportación de ganado en pie hacia Estados Unidos está dejando fuertes estragos económicos en el campo coahuilense. Según informó Jesús María Montemayor, secretario de Desarrollo Rural del estado, los ganaderos están perdiendo hasta 6 mil pesos por becerro debido a la imposibilidad de exportar a su principal mercado.
La medida forma parte del programa federal de contención del gusano barrenador del ganado, una plaga detectada principalmente en el sureste de México. Aunque Coahuila se mantiene libre de la enfermedad, las restricciones impuestas afectan a todo el país, deteniendo temporalmente las exportaciones hacia Estados Unidos.
Montemayor subrayó que no hay becerros varados, pero el impacto económico es real y creciente. “El precio de exportación ronda los 125 a 130 pesos por kilo, mientras que en el mercado nacional baja a 80 o 82 pesos. Eso representa una diferencia de hasta 6 mil pesos por animal de 200 kilos”, explicó.
Con base en la media histórica de mil becerros exportados por semana, las pérdidas para los productores coahuilenses superan fácilmente los 6 millones de pesos semanales. Esta situación golpea directamente al sector ganadero, que ya enfrenta otros retos como la sequía y el encarecimiento de insumos.
“La presidenta Sheinbaum ha dicho que esto se puede recuperar, pero quien ya vendió su ganado en el mercado nacional a menor precio, ya no podrá recuperar esa ganancia”, puntualizó el funcionario estatal.
Ante esta situación, el gobierno de Coahuila intensificará las medidas de prevención para conservar el estatus sanitario del estado. El gobernador autorizó aumentar en 50% las plazas para inspectores sanitarios, quienes ya están siendo capacitados. Además, se llevará información y asesoría técnica a los ejidos más alejados, donde muchos productores aún desconocen los síntomas de la enfermedad y las acciones preventivas.
Una misión veterinaria de Estados Unidos, compuesta por alrededor de 30 expertos, visitará México en los próximos días para evaluar las acciones implementadas. De los resultados dependerá si se reanuda la exportación.
Ganaderos y autoridades locales coinciden en que el gobierno federal debe actuar con mayor precisión y rapidez. Coahuila no forma parte de la zona afectada por el gusano barrenador, por lo que los productores consideran injusto el cierre generalizado de la frontera.
Mientras tanto, las pérdidas se siguen acumulando y la incertidumbre crece. En una región donde la exportación de ganado representa una fuente clave de ingresos, la decisión federal pone en riesgo no solo el bolsillo de los ganaderos, sino la estabilidad económica de cientos de comunidades rurales.